Me entusiasma maquillar, si quisiéramos encontrar una definición estándar, hoy en día tan solo teclear en San Google nos ofrece gran posibilidad de definiciones que unifican su criterio: la acción de “aplicar productos cosméticos sobre la piel, especialmente la de la cara, para darle color, embellecerla, cubrir algún defecto o caracterizar a una persona”.

Pienso que podría hablar horas y días sobre maquillaje y maquillar, para mí va mas allá de poner unos cosméticos que se adapten a la moda y sus intereses comerciales. Creo que es un arte el embellecer a las mujeres que se sientan en mi silla de maquillaje. Es un acto de confianza que me hace responsable y que agradezco.

Me gusta observar previamente a mi modelo, ver como mueve su boca cuando habla, cuando sonríe, ver el grosor de sus labios y si hace algún gesto característico. Pondré la atención en los ojos que me cuentan historias que yo plasmaré con mis pinceles. También observaré su óvalo el color y el estado de la piel. Todo ello me informa de cuales serán mis pasos y los productos que he de utilizar.

Saber por qué y para qué vamos a hacer un maquillaje especial, como una reunión de negocios, o una entrevista de trabajo, una celebración de cumpleaños o tal vez eres la madrina o eres tú la que te casas. Cada ocasión es especial y requiere un maquillaje único, pensando en la persona que tienes delante.

Cada persona, independientemente de la edad, en la creación de un maquillaje tiene algo en común y es la técnica de aplicación. Me considero una profesional con una técnica muy depurada y con más 36 años de experiencia, por ello puedo decir que una cosa es la moda y otra la técnica de aplicación, que es atemporal, que va a hacer que un maquillaje tenga duración. Así hay productos técnicos que no se ven, pero que van a formar la base del maquillaje y después aplicamos el color o la tendencia de moda del momento y así un maquillaje puede ser mas mate o tener unos colores de labios y ojos con más o menos brillos.

Como experiencia personal de este fin de semana os contaré que me contrataron para maquillar en una boda del hijo de una clienta y allí junté a tres generaciones de una misma familia. Cada maquillaje fue único y especial conforme a la personalidad de cada una de ellas, al color de sus vestidos y al momento del día. Puedo decir con emoción que desde la abuela a la hija y las nietas, todas ellas estaban espectaculares, cada una en su estilo. Y aunque todas llevaban técnicamente el mismo desarrollo de productos bases, después el color, intensidad y correcciones, estaban en función de la personalidad de cada una de ellas.

Para mí maquillar con resultado es mirar en el alma de mi modelo y plasmar la belleza que veo en cada una de ellas.

Deseo que os haya aportado este post.

Mereces Belleza